viernes, 27 de abril de 2007

DIARIO DE UN BECARIO UNIVERSITARIO

El magnetismo

Antes de empezar mi discurso, tengo el placer de comunicaros que en esta sección que hoy inauguro, titulada DIARIO DE UN BECARIO, tengo pensado incluir noticias o curiosidades relacionadas con la ciencia o la ingeniería que a lo largo de las horas de curro en la Universidad llegan a mis oidos.

Por esta razón, me gustaría empezar hablando de un campo que estoy empezando a conocer con profundidad gracias a la estrecha relación que tiene con los contenidos de la tesis doctoral que durante año y medio (y lo que me queda...) llevo desarrollando: El Magnetismo. Pero tranquilos, que pretendo darle únicamente un toque divulgativo y en ningún caso técnico. ¡Al final hay sorpresa!

El magnetismo se trata de una interacción presente en la naturaleza semejante a la gravitatoria pero de un efecto que en la vida corriente de cualquier persona pasa mucho más desapercibido. A lo largo del día, vemos continuamente cosas de caer y de todos es conocido que la Tierra gira alrededor del Sol, pero del magnetismo se sabe en general poco más a parte de que sirve para pegar cosas estúpidas en la puerta de la nevera.

Se puede decir que la historia del magnetismo comienza algunos siglos antes de Cristo con el descubrimiento de un mineral denominado Magnetita (Fe3O4), el primer mineral al que se le apreciaron propiedades magnéticas. Su nombre viene de la palabra griega que hacía referencia a la región de Magnesia, actual Turquía, donde se encontraban los mayores yacimientos de este mineral. Los propios griegos descubrieron que al frotar este mineral con el hierro, éste se magnetizaba, y más tarde se descubrió por casualidad que trocitos de hierro magnetizado flotando en el agua apuntaban siempre al Norte (brújula al canto!). No obstante, hubo que esperar hasta el año 1600 para que William Gilbert realizara el primer estudio científico sobre la material, desterrando viejas e infundadas supersticiones mágicas sobre los imanes y representando por primera vez el campo magnético de la Tierra.

Entonces, ¿a qué se debe la existencia de campos magnéticos? Pues ni más ni menos que a cargas eléctricas en movimiento, que en esencia se encuentran en todos los átomos, en los cuales los electrones giran el torno al núcleo y sobre sí mismos (desde un punto de vista clásico, por supuesto). Y como toda la materia está formada por átomos, se puede concluir que toda la materia puede comportarse como un imán. El agua, una bellota, una rana e incluso un ser humano. Y si no lo creeis, visitad este enlace donde podréis ver fotos y videos de cosas levitando. ¡No dejéis de ver los videos de la rana!

http://www.hfml.ru.nl/levitate.html

PD. Hablando de premios Ig Nobel, el laboratorio que realizó tales investigaciones y pruebas físicas recibió por tal labor dicho premio en el año 2000 por la categoría de Física!! Podéis verlo también en el enlace de Rodrigator.

1 comentario:

CFC dijo...

Hace nada he conocido a un médico viejete (del que no daré más datos para proteger su identidad) que lleva nada menos que 30 AÑOS investigando el electromagnetismo en la Medicina. En su país, sus investigaciones han sido paralizadas por el gobierno, debido según él a oscuros intereses farmacéuticos. ¡Veremos si progresa en el país donde quiere continuar sus trabajos actualmente!